«La Ley de Financiamiento Educativo de la administración de Néstor Kirchner, cuando en el 2005 pudimos plasmar un proyecto, cumplió un papel importante pero ante la complejidad
y lo ambicioso que fue el proyecto de la Ley de Educación Nacional quedó demostrado que la Ley de Financiamiento quedaba corta.
La Ley de Financiamiento sirvió para salir de una etapa de postración pero queda corta para poder avanzar en las demandas que exige cumplir el programa de la Ley Nacional de Educación, que es nada más y nada menos que incorporar a la totalidad de los alumnos a un ciclo de obligatoriedad que prácticamente triplica al que existía cuando se aplicaba en la Argentina la Ley 1420. Y esto se tiene que hacer con más recursos, por eso esta inversión educativa que partió en su momento en el 2005 de un 3% y que después se duplicó y que llegó a estar cerca de 7 puntos, hoy es necesaria llevarla a 10% para concretar estos avances. Y además porque necesitamos pensar en serio en una Escuela de doble jornada o de jornada completa.
Cuando nos comparan con los países que tienen un buen rendimiento, supuestamente en las pruebas PISA (que ese sería tema para debatir en particular) pero, digo, cuando nos comparan con esos países, nunca dicen que en esos países la jornada escolar diaria es de 7 horas, 7 horas 30. Nunca dicen que las escuelas medias de esos países, tienen talleres, laboratorios de informática, talleres de química, talleres de teatro, talleres musicales (donde cuentan con todos los instrumentos de música), aulas rotativas, espacios de actividades diversas. Y nosotros seguimos regimentados en escuelas cuadriculadas; con el aula, el pizarrón, con los pasillos largos, los baños y eso que se asemeja más a los claustros del siglo XIX, que a las escuelas que existen en los países de avanzada del siglo XXI. Y todo eso no lo vamos a poder construir con palabras ni con buenas intenciones, hacen falta recursos, por eso creo que hace falta la Ley de Financiamiento.
Jueves 26 de mayo 2016.
PRENSA CTERA