“Terminamos muy mal año. Y el futuro inmediato es aún peor. En estas condiciones peligra seriamente el ciclo lectivo 2017”, disparó ayer contundente Sonia Alesso, titular de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera).
En una suerte de balance de trabajo de 2016 la gremialista señaló que “el año fue muy complicado, termina mal, con tarifazo, inflación, ajuste y un bono que no resuelve la cuestión de fondo; por eso decimos que en estas condiciones peligra el comienzo de clases de 2017”.
Alesso, también titular de Amsafé a nivel provincial, señaló, además, que a escala nacional el ajuste se refleja en presupuestos subejecutados, en la eliminación de becas e importantes despidos en el área de formación docente.
“Con este panorama actual se vislumbra un presupuesto para 2017 a la baja, en consonancia con esquema salarial por debajo de la inflación”, resumió la dirigente docente en relación a un futuro muy poco alentador. Y agregó: “El ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, dijo que no va a haber paritaria nacional, es decir un ataque a una ley, una violación a una ley votada por el Congreso. En la práctica dejamos de pensar un país en términos de Nación para imaginar un conjunto de provincias separadas. En ese contexto estamos peor que en los 90”.
En efecto, esta definición oficial crea las condiciones para volver a la dispersión salarial, destruyendo en los hechos concretos un ámbito de negociación nacional que establece un piso salarial docente nacional, por debajo del cual no puede haber acuerdos salariales provinciales. Dicha referencia salarial nacional ha constituido en los últimos años la herramienta que permitió mejorar los salarios del conjunto de la docencia argentina.
En este marco, la Ctera sostiene en un reciente comunicado que “la postura oficial va en camino de vaciar de contenido la Paritaria Nacional Docente, ya que el salario y las condiciones de trabajo constituyen el núcleo central del contrato laboral. Asimismo, esta decisión pone en serio riesgo la continuidad del Fondo de Financiamiento Educativo y el Fondo Compensador de Desigualdades Salariales”.
“Esta es la realidad, la que vemos todos los días en las escuelas. Vamos a construir un amplio frente docente, ya tuvimos reuniones con Conadu, con los investigadores, con los estudiantes. Vamos resistir este modelo”, afirmó Alesso.
En relación a la mentada cuestión del modelo la dirigente sindical otra vez planteó con contundencia: “Nada de esto es un error. Se intenta aplicar el sistema educativo de México y de Chile. Modelos educativos que ya fracasaron y atrasan 50 años, donde se discute que el cerebro determina las conductas de los chicos. Son modelos reaccionarios y con represión; en México por ejemplo, hay maestros asesinados”.
Finalmente, Alesso señaló que la Ctera está confeccionando un libro de investigación sobre el impacto de la privatización en la educación en la Argentina y América latina.
El texto, de pronta aparición, da cuenta de cómo grupos empresarios que detentan bancos, medios de comunicación y producción industrial de libros avanzan en un nuevo tipo de privatización. Tal vez por estas cosas la dirigente afirma, sin ruborizarse: “En algunos aspectos estamos peor que en los 90”.