Para erradicar el trabajo infantil y garantizar el derecho a la educación tenemos que recuperar la justicia social. Está muy naturalizado creer que los/as niños/as trabajan para que la familia se eleve por sobre la línea de pobreza; sin embargo, el trabajo infantil es causa de pobreza, ya que los niños/as que trabajan y abandonan la escuela, tienen su futuro condicionado.
El aumento de la pobreza a 59% y la indigencia 19%, el aumento del desempleo, la pérdida del poder adquisitivo del salario, el desmantelamiento de áreas claves del Estado que atendían a las infancias y la falta de programas específicos de política pública nacional, ha incrementado las posibilidades de que niños y adolescentes tengan que realizar trabajos y hasta lleguen a ser víctimas de las peores formas.
Este 12 de junio es una oportunidad para visibilizar que los derechos de nuestras niñeces están cada vez más relegados.