En nuestro curso, 1 C, estaba Cristina, en el 1D Hebe. Ambas comulgaban con las ideas pedagógicas de Paulo Freire, que nos hacían ver la futura docencia de una manera muy diferente a la del recetario tradicional que nos daban los Institutos.
Una vez recibida volví a ver a Hebe en el jardín Maternal Evita de FEC, Federación de Empleados de Comercio, ella era su coordinadora y había armado grupos en la salita de lactario con las distintas trabajadoras: enfermeras, asistentes, maestras. Una jornada le presentamos unas planificaciones de acuerdo a las distintas rutinas del bebé y de acuerdo a sus hábitos, que a Hebe le gustaron mucho y nos dio vía libre para volcar en ellas nuestras acciones, y los logros y conductas del bebé. La relación con cada una de nosotras era muy cercana y sincera, de manera que las observaciones que nos hacía las tomábamos con serenidad y apertura.
Corría el ’75 y luego de algunos intentos fallidos de incursionar en el ámbito del Consejo de Educación volvimos a encontrarnos con Hebe en “Bichito de Luz”, Centro de Acción Familiar Nº 6, dependiente del Ministerio de Bienestar Social de la Nación.
La función de Hebe Duprat en Bichito de Luz, era la de asesora en lo que se llamaba “guardería” pero comenzó a funcionar como un verdadero jardín maternal y aunque sea extemporáneo llamarla Escuela Infantil, en realidad ya constituía una verdadera unidad pedagógica en coordinación con Any Malajovich y bajo la dirección de Irma de Carbone, licenciada en Trabajo Social. El Centro abría de 8 a 17hs con sus dos lactarios, Deambuladores y dos salas de 2, 3, 4 y 5; con un Equipo de Psicólogas, Asistentes Sociales, Médicos, Nutricionistas y Odontólogos. También funcionaba en anexo un albergue juvenil de puertas abiertas, primero en su tipo, por lo que recuerdo.
El trabajo era de vanguardia para aquellos años: se armaban grupos terapéuticos con las madres, con los chicos, con los jóvenes y reuniones psicopedagógicas y de orientación con el grupo docente.
En Bichito de Luz se trabajaba de manera muy diferente a los jardines del Consejo: el contexto social del barrio, en este caso la Villa 31 de Retiro, era tenido en cuenta: no sólo para darle participación en charlas, reuniones, grupos, sino también como protagonistas del trabajo docente, auxiliar, administrativo, etc.
En esta tarea creativa existía la pareja pedagógica de maestra jardinera con su auxiliar docente, habitante de los distintos barrios de Retiro (YPF, Comunicaciones, Saldías y Güemes). Hebe y Any organizaban y permitían organizar cuantos proyectos pedagógicos nos cupieran para lograr que los niños, las niñas y sus familiares avanzaran en un crecimiento sociocultural que les permitiera vivir mejor.
Esta experiencia comenzó a quebrarse con el golpe del ’76 cuando irrumpió en “la guardería” la intervención militar y se controlaba la entrada y la salida de los ciento y pico de trabajadores. Se iniciaron sumarios por las fallas o carencias edilicias, haciendo cargo de ellas no al Estado sino a su directora, que resistió estos atropellos violentos junto a topadoras y traslados del personal.
Para los 80 Any Malajavich no había vuelto de su experiencia en Venezuela pero creaban desde la distancia, junto a Hebe y Silvia Wolodarsky en Buenos Aires, un espacio pedagógico llamado Propuestas, al que convocaron a confluir a algunas docentes muy formadas en distintas disciplinas pedagógicas.
Desde este espacio se formaron decenas de maestras jardineras que buscaban profundizar los nuevos modos de encarar la matemática y las ciencias. Preocupadas siempre porque los sectores infantiles más desprotegidos y vulnerados lograsen aprender y enriquecerse intelectualmente.
Durante algunos años perdimos de vista a Hebe, la vimos en algunos actos políticos con el PI -Partido Intransigente-, y sabíamos que empezaba a colaborar con sectores de la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
En 1990 Hebe ocupa el cargo de Directora de Área de Educación Inicial de la Ciudad de Buenos Aires, fue entonces cuando desde la Junta de Clasificación comenzamos a ver un crecimiento de los cargos de la POF de Inicial: se abrían jardines maternales con maestras de sección y maestras celadoras, con equipo de conducción propio. En el verano se nombraban suplentes de esas maestras, se abrían escuelas infantiles con equipos de conducción, los horarios se extendían de 7 de la mañana a 9 de la noche. Había entonces muchas posibilidades educativas para bebés, niños y niñas, muchas docentes con trabajo, muchas familias con escuelas y con la fuerza de Hebe parándose frente a mil jardineras en los actos públicos para hablarles desde su lugar, el más alto en el Nivel, de la necesidad de sindicalizarnos, si era a CTERA mejor… nosotras aplaudíamos ese posicionamiento tan comprometido de nuestra funcionaria, de nuestra compañera.
Hebe fue consecuente en los caminos que tomó en su vida: renunció a su cargo en 1992 cuando se decidió desde el gobierno neoliberal transferir los servicios educativos sin fondos a las provincias a partir de la Ley Federal de Educación.
Desde la ciudad o desde la Universidad de Luján reivindicó la escuela pública, el sistema educativo en manos del Estado y exigió la gestión de Políticas Públicas para hacer factible el derecho social a la educación desde los 45 días hasta los 5 años.
En un camino que continúa y se nos hace difícil desde esta jurisdicción poder recuperar, seguimos peleando por la construcción de escuelas infantiles en nuestra ciudad con 6500 chicos sin escolarizar, lucha que como CTERA damos y seguiremos dando a lo largo y ancho de todo el país para garantizar la universalización del nivel inicial!!!!