CTERA PROFUNDIZA EL DEBATE EDUCATIVO FRENTE A LA “POLÍTICA DE LOS ESLÓGANES” DEL GOBIERNO NACIONAL

El gobierno libertario de Javier Milei viene definiendo su agenda educativa en base a información falsa, diagnósticos incompletos y análisis sesgados con respecto a los datos existentes sobre el sistema educativo en Argentina.

En su disputa constante por el sentido común, desde este sector de la derecha, instalan eslóganes falaces, impactantes y alarmantes que desvían el foco de lo que hoy son las principales problemáticas de la educación en nuestro país.

Para sostener esto, el gobierno cuenta con ciertas condiciones de posibilidad que, en el contexto actual, contribuyen a la confusión general, mientras, al mismo tiempo, sostienen como factor común el ataque a todo lo que huela a público, a sindicato o a derechos.

Una de esas condiciones de posibilidad, es la complicidad de los medios hegemónicos que operan en este sentido, a través de las reiteradas columnas de educación de Infobae, Clarín y La Nación, entre los principales. La otra condición está dada por la composición de un Consejo Federal de Educación mayoritariamente dispuesto a aprobar cualquier cosa que manden desde el Poder Ejecutivo (hay excepciones, pero muy pocas). Un CFE siempre dispuesto a aprobar, incluso, resoluciones que ni siquiera se leyeron en detalle ni discutieron en profundidad, como quedó demostrado en la única reunión a la que fuimos invitados los Sindicatos Docentes en lo que va de este gobierno.

La tercera condición de posibilidad, y no por ello menos significativa, es la injerencia del sector privado que, a través de las ONGs y Fundaciones, se ha convertido en el principal interlocutor del gobierno a la hora de la definición de las políticas públicas. Sólo como un botón de muestra cabe mencionar que, el mismísimo Secretario de Educación proviene de la Universidad Católica y es miembro de “Argentinos por la Educación”.

A los efectos de graficar damos un ejemplo de esta “política de los eslóganes” en el campo educativo. El gobierno instala, de la mano del Observatorio “Argentinos por la Educación” y con la ayuda de los medios que se autoproclaman “independientes”, que “Sólo 13 de cada 100 estudiantes terminan la escuela secundaria”. Ese título se instala con “letra de molde” y en “negritas”. A continuación, con letra “más chica” e información “perdida” en el transcurrir del texto de la nota, se explica que esos 13 son los que terminaron en tiempo y forma y, además, sacaron buenas notas en unas pruebas estandarizadas de Lengua y de Matemática.

Nos preguntamos si esa es la información importante a tener en cuenta o, por el contrario, habría que saber también que el 61% de los estudiantes que ingresaron a la escuela primara en 2011 egresaron en tiempo y forma en 2022. Y que, a su vez, ese porcentaje se vino incrementando, ya que en 2020 sólo el 53% terminaba en tiempo y forma y tan sólo el 43% lo hacía en 2016.

Obviamente que resta mucho por mejorar, por cualificar, por incluir e integrar. Pero es una falacia mal intencionada instalar que “sólo el 13% termina la secundaria”.

Ofrecemos otro ejemplo. En palabras del propio Presidente, en su discurso inaugural de las sesiones del Congreso, afirmaba: “7 de cada 10 alumnos con comprenden lo que leen”.

Pero es exactamente al revés. Los resultados de las últimas Pruebas estandarizadas (Aprender 2023), arrojan el dato que al 66,5% de los alumnos de 6to. grado les fue muy bien en Lengua: el 28,5% obtuvo resultado avanzado y el 38% obtuvo resultado satisfactorio. Y además, un 22% sacó resultado básico. Aclaramos que un resultado básico significa, entre otras cosas: distinguir los subgéneros trabajados de manera frecuente en el ámbito escolar, identificar y caracterizar al personaje principal en un cuento, elegir el resumen adecuado,  reconstruir la secuencia temporal en cuentos breves, reconocer la idea central a partir de inferencias, establecer relaciones de correferencia, reemplazar conectores de uso frecuente por otros equivalentes, reconocer el significado de vocablos de diferentes niveles de complejidad a partir del contexto lingüístico textual, etc.

Es decir que, según las propias pruebas aprender que ellos mismos citan, un 88% de los estudiantes “comprenden lo que leen…”. Y lo hacen muy bien.

También instalan que hay una “epidemia de analfabetismo”, que hay una “emergencia educativa”, etc., etc. Cada una de estas falacias tiene una innumerable cantidad de datos que las contrastan.

Detrás de todo esto, están Argentinos por la Educación, “Enseñá por Argentina”, Fundación Varkey, Fé y Alegría, Junior Achievement, Ticmas y otras; auspiciadas por empresas tales como Pampa Energy, Pan American Energy, Natura, Pérez Companc, Santander, Grupo Petersen, Banco Galicia, Banco Macro,  Mercantil Andina, Bayer, Toyota, etc.

Necesitamos desmontar este discurso embaucador y tomar conciencia acerca de los verdaderos problemas que hoy aquejan a la educación pública en nuestro país. Porque sobre estos eslóganes falaces hoy se instala toda una política de ajuste y destrucción de la educación pública que desde nuestras Organizaciones Sindicales venimos denunciando sistemáticamente.