FALSO DIAGNÓSTICO EDUCATIVO EN EL “PACTO DE MAYO” PARA JUSTIFICAR UNA POLÍTICA ERRÁTICA

Desde nuestra Organización Sindical, la CTERA, ya habíamos planteado el sentido vacío de la frase con la que se dio a conocer la incorporación tardía del tema educativo en el Pacto de Mayo, que terminó siendo firmado en Julio, “por las razones de público conocimiento”.

Ahora bien, luego de la lectura de dicho pacto en su versión extensa, pudimos observar que la política educativa que esboza Javier Milei se fundamenta en una serie de argumentos falaces y de información errónea respecto de la realidad socio-educativa en nuestro país.

“La Argentina atraviesa una innegable crisis educativa desde hace mucho tiempo, e identificamos hoy que el corazón de la crisis está en el fracaso que hemos tenido como país en alfabetizar correctamente a nuestros estudiantes”, sentenció Milei durante la lectura que realizó del punto 4, con evidentes problemas de “fluidez lectora”. Desde nuestra Organización Sindical entendemos que la educación argentina tiene algunos problemas, sin dudas, pero la situación crítica actual no tiene nada que ver con la falacia de “no haber alfabetizado correctamente”, sino que radica fundamentalmente en el desfinanciamiento educativo que inició el macrismo y que se continúa con el brutal ajuste del presupuesto para la educación pública que está llevando adelante el gobierno nacional con la co-participación de gran parte de los gobiernos provinciales.

El presidente miente -o al menos lee una mentira-, al decir que “Hoy la mitad de los alumnos del primario no alcanzan el nivel de lecto-comprensión adecuado para su edad. Para los de sexto grado, ese valor llega al 70%, es decir que hoy 7 de cada 10 chicos argentinos no comprenden los textos que leen”. Esto, en la realidad es exactamente al revés: Los datos oficiales “Resultados Pruebas Aprender 2023” muestran que en 2021, el 44% de los estudiantes se ubicaban en el grupo de menor desempeño (Básico y Debajo del Básico) mientras que en el año 2023 desciende al 33,5%… hay una mejora de 10,5 puntos porcentuales en Lengua. Los últimos resultados, concretamente establecen, que el 66,5% de las/os estudiantes alcanzó el nivel satisfactorio y avanzado en Lengua, y el 22% alcanzó el nivel básico. Es decir, que alrededor del 88% de las/os estudiantes de 6to. grado están dentro de los niveles básico, satisfactorio y avanzado en Lengua. Sólo el 11,6 % está por debajo del nivel básico. Consideramos que esta situación está muy lejos de ser una “catástrofe” o una “epidemia de analfabetismo”, y mucho menos justifica la frase que se pretende instalar desde el poder hegemónico: “no entienden lo que leen”.

El presidente prosiguió diciendo que: “No pueden extrañarnos entonces los niveles récord de deserción que tenemos hoy…”. Creer que las y los estudiantes son “desertores” anticipa la perspectiva desde la que se aborda el problema de la exclusión socio-educativa por parte de quien, entre otros gestos, se muestra junto a su vice-presidenta subiéndose a un tanque de guerra durante un desfile militar organizado por este gobierno para conmemorar el “Día de la Independencia”. Imágenes, por cierto, que nos retrotraen a los peores tiempos de la dictadura. Pero el desconocimiento sobre el impacto de las políticas de inclusión llevadas a cabo en los últimos tiempos resulta de gran preocupación; en tal sentido, vemos que hasta sus propias fuentes desmienten las afirmaciones del presidente: “El informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, al que accedió Infobae, revela que en los últimos cuatro años el abandono escolar cayó 9,3 puntos porcentuales en la escuela secundaria. Siguiendo el estudio, en 2022, el 15,1 por ciento de los estudiantes habían abandonado la escuela, dejando atrás la cifra de 2018 que era del 24,4%” (Nota del 08/09/2023).
Si en la actualidad se están produciendo situaciones en las que niños, niñas, jóvenes y adultos están dejando de concurrir a las escuelas, se debe, precisamente a las políticas económicas que están generando cada vez más pobrezas, indigencia, desocupación, aumento indiscriminado de precios, baja de salarios, recesión económica, entre otros factores.

Si no fuera tan grave la situación social, política y económica por la que estamos atravesado, parecería una broma de mal gusto, escuchar al presidente decir -al mejor estilo de los tiempos de campaña electoral-: “Sepan que contarán con el Estado Nacional y los recursos y soporte del plan de alfabetización…”. Luego de más de seis meses de gobierno, la realidad al respecto solo da cuenta de la sub-ejecución del presupuesto educativo, la interrupción de los principales programas como distribución de libros, computadoras, extensión horaria, formación docente permanente, pérdida del poder adquisitivo de los salarios docentes, imposición de medidas coercitivas como el presentismo, etc. etc. Evidentemente, estamos frente a un mandatario que “promete” recursos del Estado, como si hasta ahora no hubiera estado a cargo del mismo, y autodeclarándose, a la vez, como el “topo” que quiere destruir al Estado.

Es muy difícil que se puedan planificar y programar acciones para mejorar y/o cambiar situaciones críticas cuando se parte de diagnósticos equivocados y/o de información que contiene errores sustantivos. Si los falsos diagnósticos se utilizan como base para la elaboración de políticas públicas de Estado, la situación reviste cierta gravedad. Pero peor aún sería si estos no fueran errores o equivocaciones, y se tratara lisa y llanamente de mentiras, utilizadas ex profeso, para justificar algo que ya estaba pensado hacerse, independientemente de la situación real por la que atraviesa el sistema educativo en nuestro país, a partir de la llegada de Javier Milei al gobierno nacional.

Desde CTERA denunciamos esta forma de hacer política educativa y exigimos al gobierno que tome seriamente la cuestión educativa, haciéndose cargo de la obligación que tiene el Estado de garantizar el derecho social y humano a la educación pública.