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Educadores brasileños repudian la politización de la Justicia argentina
Educadores brasileños repudian la politización de la Justicia en Argentina que, en una acción de pura persecución política, intenta convertirse en actor político.
La decisión de la Corte Suprema argentina de condenar a prisión a la ex presidenta del país, Cristina Kirchner, y de inhabilitarla de forma perpetua parece una triste película repetida en nuestra América Latina. Al igual que sucedió con el presidente Lula aquí en Brasil en el año 2018, la politización del Poder Judicial es una estrategia que, de tan repetida en nuestro continente, evidencia lo que se ha dado en llamar lawfare como la nueva táctica utilizada por las élites de nuestros países en la región.
Además de Brasil y ahora Argentina, el uso estratégico de la ley y del sistema judicial como arma política para desestabilizar, desacreditar o encarcelar a adversarios políticos ha sido el mecanismo moderno utilizado por las élites conservadoras para excluir a sus opositores de los escenarios electorales en América Latina. Estudiosos e investigadores del área de defensa ya han identificado este modus operandi como parte de un manual enseñado en escuelas de formación política y militar de Estados Unidos. Aquí en Brasil, los alumnos más destacados de esos cursos en EE.UU. fueron los jueces y fiscales de la Operación Lava Jato.
Los ex presidentes de El Salvador y Ecuador, Mauricio Funes y Rafael Correa, también fueron víctimas de ese mismo proceso de combate jurídico y persecución política, desestabilizando a sus países hasta el punto de volver inviable su gobernabilidad y, en el límite, encarcelando a mandatarios electos por el pueblo. Se trata de un perverso proceso de subversión de la voluntad popular en nuestras democracias. Lo mismo ocurrió con el presidente Manuel Zelaya, de Honduras (2009), con el presidente Fernando Lugo, de Paraguay (2012), y con la presidenta Dilma Rousseff en Brasil (2016).
El encarcelamiento de la ex presidenta Cristina, en Argentina, es el mismo caso: persecución política a través del Poder Judicial, que, politizado, la encarcela y la aleja de la posibilidad de volver al poder mediante las urnas. Lo intentaron con el presidente Lula, pero no lo lograron. Estamos seguros de que el pueblo argentino, marchando en las calles con intensas movilizaciones, no se dejará engañar.
Los y las educadores/as de Brasil estarán junto al pueblo argentino y, tomados de la mano, a ejemplo de la solidaridad que recibimos cuando se produjo la injusta prisión del presidente Lula, no dudaremos en denunciar ante el mundo otro caso más de injusticia y persecución política. Toda nuestra solidaridad al pueblo trabajador hermano del país vecino, que sabrá, sin titubeos, rescatar su democracia robada.
Brasilia, 12 de junio de 2025
Dirección Ejecutiva de la CNTE
